Desde las cenizas


 


"Puede que tengas que pelear una batalla más de una vez para poder ganarla".

A todos nos gustan las historias de reconstrucción. Nos gusta pensar que sin importar que tan bajo caemos, podemos volver a levantarnos. Pero no siempre te dicen lo difícil que es, sobre todo si ya tuviste que pelear para estar arriba la primera vez.

Isaiah Thomas fue el pick número 60 del draft de 2011. Si, el último pick, elegido por los Sacramento Kings, y fue el primer jugador en ser elegido tan tarde en ganar el premio de Rookie del mes. 23 puntos y 11 asistencias y su máxima en su primer año. Más adelante sería 38 puntos, y todo eso sería solo un vistazo de su habilidad, porque ese no es el club donde haría historia. Ese fue Boston.

IT llegó a Boston en 2015 y convirtió esa ciudad en su casa. Se ganó el apodo de "Rey del último cuarto", fue fundamental para la pelea en playoffs de un Boston Post big 3, y lo convirtió en uno de los mejores equipos del Este. Durante tres años le dio todo a Boston, pero Boston no lo dio todo por él, porque, como sabemos, a pesar de hacer 53 puntos en un partido un día después del funeral de su hermana, IT se lesionaría la espalda y el equipo decidió que ya no lo querían, que querían a alguien más, y fueron por Kyrie Irving.

No duraría mucho en Cleveland, de ahí pasaría por los Lakers, Nuggets y Wizards y, finalmente, como agente libre ya que ningún equipo lo contrataría. Ahora, a los 32 años IT le apostó a jugar con una selección de Estados Unidos repleta de juveniles para probar que por primera vez desde 2017 su espalda está finalmente al 100%. Esta apuesta le daría frutos ya que esta semana recibió el tan ansiado llamado. Los New Orleans Pelicans le ofrecieron un contrato de 10 días, algo que no parece mucho, pero al menos lo pone otra vez en la puerta de la NBA.

Espero que ahora, en el ocaso de su carrera, pueda hacer como en los últimos cuartos y sorprender a todos una última vez.


Por Francisco Medina.

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